sábado, 5 de diciembre de 2009

Indicadores de violencia y criminalidad en México

Actualmente vivimos en una de las ciudades más grandes del mundo (México D.F.) y en ella no pueden sino suceder toda una serie de distintos fenómenos sociales, sin embargo uno de los más penosos es el que tiene que ver con la violencia y algunos de sus derivados.
Si bien esto no es privativo de la Ciudad de México (pues me atrevería a decir que todas las grandes ciudades del mundo experimentan en menor o mayor medida algunos de estos fenómenos), la realidad es que D.F. es una de las ciudades con mayores índices de criminalidad y de violencia del mundo, esto lo digo porque no conozco persona que no conozca o haya vivido algún crimen o hecho violento, desde secuestros, violaciones, robo con violencia (no entiendo como un robo se puede llevar a cabo sin violencia pero bueno, así están tipificados), robo a casa habitación, asesinatos, etc. Si hablamos de que esta es una ciudad con más de 20 millones de habitantes (incluyendo al área conurbada) nos podremos dar cuenta de que en cuanto a percepción todos esos 20 millones han estado en algún momento vinculados con alguno de los hechos que relaté antes.
Justamente es en este contexto que René Jiménez Ornelas (investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM), se decidió a investigar las cifras relacionadas con criminalidad y en su investigación llamada "La cifra Negra de la Delincuencia en México: Sistema de Encuestas sobre Victimización", se dedica a recopilar información respecto a estos fenómenos, mediante la aplicación de encuestas a mas de 3,000 personas, la mayoría (cerca de 2,000) en la ciudad de México.
Algunos de los resultados que arrojaron estas encuestas fueron:
Los delitos que ocurren con mayor frecuencia son: Robo o asalto a personas (52.3% de los encuestados), la diferencia es notoria respecto a otros delitos como Robo de autopartes (10.5%); Robo de autos (4%), llamó mi atención el hecho de que uno de los índices que mencionaron las personas encuestadas fuera el de Abuso de autoridad con un 7.1%, esto lo digo porque generalmente asociamos violencia con personas comunes y corrientes, mientras que no recordamos que incluso la autoridad (que debería protegernos) también incurre en actos violentos. Sin embargo regresando a las encuestas, otro punto es que los delitos sexuales dentro de la encuesta, cuentan con valores muy pequeños, sin embargo habrá que reconocer que esto no se debe a una baja incidencia de los mismos, sino que este tipo de respuesta se puede dar por miedo a los agresores (cerca del 70% de los casos de delitos sexuales en contra de mujeres como violaciones o incluso de violencia o maltrato contra ellas se da justamente por su pareja sentimental, llámese esposo, novio, cónyuge, etc., esto según el Instituto Nacional de las Mujeres), o incluso por pena ya que estos delitos no sólo dejan huellas físicas sino también psicológicas, las cuales no son tan fáciles de sanar y tampoco son fáciles de expresar para las mujeres, así que la baja incidencia (según la encuesta) puede ser malinterpretada.
Otro aspecto muy importante a la hora de hablar de índices de violencia y criminalidad, sobre todo cuando se manejan cifras "oficiales" (oficiales porque provienen de las autoridades), es la cada vez mayor incidencia a la "No denuncia", y es que nuestro país tiene una cultura de no denunciar, que podría estar perfectamente justificada ya sea por miedo a los agresores pero aún más por la ineptitud y lentitud de las autoridades, hoy en día un juicio incluso de un choque con daños a terceros (lo sé por experiencia) puede llevar 2 o 3 años, ahora uno de violación o robo con violencia o cualquier otro incluso puede llevar más; el otro punto, el de la ineptitud, también podría relacionarse con la corrupción ya que muchas veces es la propia autoridad la que comete los crímenes o que encubre a los criminales, por esta y muchas otras razones, según las encuestas antes mencionadas, en todo el territorio nacional los índices de No denuncia sobrepasaron el 50%, siendo la zona del Valle de México y la Ciudad de México los de mayor porcentaje con 73.6% y 71.9% respectivamente.
Ahora bien, de algunos de los datos que he mencionado, ¿cuáles son las consecuencias? Principalmente los datos de inseguridad nos arrojan que cerca del 96% de las víctimas de algún crimen, han dejado de hacer alguna actividad debido al miedo, entre las actividades más citadas son llevar dinero en efectivo, usar joyas o incluso salir de noche.
Las cifras anteriores nos sirven perfectamente para ejemplificar que la violencia atenta contra la libertad y en específico contra las libertades individuales de los ciudadanos, prohibiéndoles incluso salir de sus hogares a ciertas horas, esto es como un toque de queda psicológico que desgraciadamente ha ido en aumento con el paso del tiempo.
Sin embargo ¿porqué surge la violencia, el crimen, etc.? La respuesta podría llevarnos años y años de discusiones (de hecho es una pregunta incontestada), sin embargo sí podemos identificar ciertas generalidades que provocan índices de violencia mayores en determinadas zonas del planeta, al respecto durante todo el curso hemos visto diversos ámbitos de las ciudades (porque es justamente en los centros urbanos donde se presentan los mayores índices de criminalidad y violencia al rededor del mundo), y sobre estos temas podemos sacar conclusiones sobre porque ciudades como la de México tienen tales tazas de violencia.
Como se vio en la lectura de Sophie Body-Gendrot las grandes generalidades que encontró como constante de la violencia son: Pobreza, Heterogeneidad (de cualquier tipo desde grupos de referencia, étnica o racial) e, inestabilidad residencial.
Cabe mencionar que si bien las anteriores son generalidades que se encuentran en la mayoría de los delincuentes, esto por ningún motivo significa que sean condiciones que determinen automáticamente la criminalidad, al respecto también Body-Gendrot, cita un estudio hecho en barrios negros de Estados Unidos, donde se veía que si bien había patrones generales que determinaban que había barrios más "peligrosos" que otros, el factor que determinaba esto no era la pobreza si no más bien la heterogeneidad.
Ahora bien un tema que no he abordado y que se relaciona mucho con los índices de criminalidad es el del crimen organizado, que es otra variante de los indicadores de criminalidad y que supera por completo lo analizado en párrafos anteriores, lo anterior porque el crimen del que hablaba antes es más bien un crimen más "individual" por llamarlo de algún modo, es un crimen que responde a la falta de oportunidades que existe en ciudades como la de México, ciudades que desde mi punto de vista han quedado rebasadas en la distribución de la riqueza y la correcta distribución de los servicios, sin embargo esto no es endémico de aquí sino que este fenómeno se da en las principales ciudades del mundo, producto de un sin fin de factores que pueden ir desde políticas que han afectado fuertemente la producción del campo (provocando las migraciones del campo a la ciudad), una búsqueda de mejores oportunidades que aparentemente brinda la ciudad o; simple y sencillamente por falta de oportunidades dentro de los centros urbanos más pequeños a otros más grandes (como podría ser la migración hacia las ciudades de Estados Unidos). Pero regresando al tema de crimen organizado, como dije este tiene otras motivaciones e incluso está regulado por las dinámicas del mercado mundial, es decir, obedece a otra lógica, trascendiendo a los terrenos de la Seguridad Pública y Nacional.
A este respecto como he mencionado en anteriores ocasiones, la lucha contra el crimen organizado ha cobrado relevancia en nuestro país debido a la política federal de lucha frontal contra estos grupos, lo cual, lejos de resolver el problema ha provocado índices de violencia terribles y nunca antes vistos, llevando la violencia y el crimen a lugares donde no existía tanta prevalecencia del crimen.
Si bien los temas antes expuestos son preocupantes, también debemos entender que tienen orígenes más o menos comunes, siendo la marginación y la exclusión, dos muy recurrentes, mientras el Estado (sea cual fuere, mexicano, brasileiro, colombiano, etc.) siga sin poder proveer al grueso de su población los mínimos de bienestar (Alimento, Salud, Educación, Vivienda, Energía, etc.) seguiremos viviendo más migración a ciudades que hace varios años que no la soportan, generando mayor exclusión (como asentamientos irregulares, cinturones de pobreza, slums, favelas, etc.) y seguiremos fabricando miseria y marginación que juntos son un excelente caldo de cultivo para el crimen y la violencia. Sólo políticas públicas orientadas a solventar estos asuntos podrán reducir los índices de criminalidad y no luchas sin fin y sentido contra el crimen organizado como piensa el Gobierno Federal.

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